miércoles, 22 de junio de 2011

Tendremos que regresarnos por otro camino…


Desde algo que parece ser la ventanilla de un camión del lado del chofer, alguien observa la carretera mientras bajan la carga que acaba de traer, divaga entre si debería ayudar a bajar la carga o si debía quedarse allí sentado, ya que sólo le pagaban por conducir. De pronto percibió el celaje de una figura que ascendía por un sendero hasta la carretera, del lado contrario de donde él estaba. Se trataba de una hermosa joven que se dirigía a una pequeña bodega ubicada al otro lado de la vía, justo al lado de su camión.

Ella se percató de que él la miraba y también se quedó mirándole, podría decirse que se gustaron de una vez,  sólo al verse. Ella miró a ambos lados para cruzar aquella peligrosa vía y al asegurarse de que no venían carros de ninguno de los lados, comenzó a caminar, a desplazarse de una manera tal, que parecía flotar sobre el asfalto, sus movimientos tenían una gracia sensual que lo hipnotizaba, que le hacía detallar sus formas  mientras percibía su esencia, ella era un poema que él nunca escribiría, así de lejos la sentía.

Pero ella se empeñaba en salir de nuevo de su casa para hacer cualquier actividad cerca de su camión y él disfrutaba cada nueva aparición, pero tratando de conservar una distancia que impidiera, que alguien saliera herido.

Estaba escuchando una de sus canciones favoritas cuando ella apareció de nuevo, él estaba distraído paseando por los versos de aquella dulce canción, ella lo miraba desde el otro lado de la carretera, mientras esperaba a que se despejara la vía para poder pasar. Unas moscas le dañaron los últimos versos de aquella canción, llevándolo de nuevo a la dura realidad convertida en carretera, con ella esperándolo al otro lado.

Al verla decidió  que esta vez sí iría a hablar con ella, la miró y la saludó tímidamente con su mano, saludo al que ella respondió con mucho entusiasmo, él sintió como un escalofrío que, al recorrerle suavemente la espalda, amenazaba con enfriarle el guarapo.

Una mosca molestaba su cara mientras la miraba, ella esperaba el momento adecuado para cruzar aquella peligrosa vía, cuando su mano derecha se movió de manera inconciente sobre su cara, para espantarse a aquella mosca o como sugiriéndole a ella que era seguro pasar al otro lado.

¡Un celaje ruidoso…! (algo así como el paso de un camión) lo aturdió todo…

Tendremos que regresarnos por otro camino…










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