martes, 11 de octubre de 2011

Reconformación



¿Y si es cierta esa idea de que dios fue un ser único que lo sabía todo menos cómo sería la realidad sin él, y que entonces el big bam no es más que la explosión autodestructiva de este ser único, atormentado por saberlo todo, menos cómo sería la realidad en su ausencia, y una vez  que lo supo  ha estado buscando la forma de recomponerse? Podríamos imaginarnos entonces, la evolución como un intento de dios por lograr esa reconformación.

Eso explicaría muchas de las cosas que ahora se dicen saber, sobre la posible existencia de un dios; un ser o ente superior. Explicaría la creencia de que dios está en todas partes, explicaría el por qué del big bam, explicaría la forma cómo la evolución fue creando todas las condiciones necesarias para que surgiera un tipo de vida inteligente, que luego produjera las condiciones necesarias para la reconformación del hipotético ente superior.

De allí que todas las culturas desde sus mismísimos inicios, hayan intuido la presencia de un ser superior al cual están ligados y en torno al cual deben aglutinarse. Pero pereciera requerirse un nivel más profundo de comprensión de la realidad, para lograr esa reconformación que el ente estallado busca.

Tal vez en otros lugares de este universo, producido por el big bam, ya hayan emergido formas inteligentes de existencia, que hayan logrado la reconformación parcial de nuestro dios explosivo. Y nosotros hallamos caído en una especie de retraso, producido por una deformación en la comprensión de la idea de dios, en la cual existen dos planos de la realidad: en uno de ellos, se le guarda total lealtad a un dios creado a la medida de la configuración cultural hegemónica, que incluso niega y combate cualquier idea alternativa a ella, estableciendo un conjunto de códigos desde los cuales se rigen los patrones de comportamientos tanto individual como colectivos, pero cuyo cumplimiento sólo es requerido para los procesos de conciencia planteados en conceptos ambiguos desde los cuales es posible justificarlo todo y para lo cual se ha creado un espacio abstracto, dentro del cual es que debe ser visualizada cualquier realidad que quiera ser tomada en cuenta . En el otro plano, es un escenario de realidad concreta, configurado para sostener a las castas hegemónicas que rigen sobre los demás, desde la idea de ser los elegidos para lograr el verdadero destino de la humanidad.

Pero, si esta idea del dios explosivo tuviera algo de cierto, ¿no creen que nuestro dios debe estar un poquito preocupado por el rumbo de las cosas? o ¿será que acaso este dios necesita que desaparezcamos para poder reconformarse?, esa sería una buena explicación para muchas cosas o ¿necesita que el desarrollo científico-técnico progrese hasta un nivel que nos permita crear un instrumento capaz de reconformarlo y poco le importe el destino del planeta y tenga sobornadas a las castas hegemónicas con la idea de la existencia eterna a cambio de utilizarnos a todos y a todo para lograr la reconformación de este dios, sin importarles el fin de la humanidad?, eso le daría sentido al Apocalipsis.

¿será que todo tiene que destruirse para que él se recomponga?

Hay otra hipótesis de este mismo asunto: ¿si esta deformación de la idea de dios y su propuesta(impuesta) de dividir la teoría de la práctica y de pretender separar lo abstracto de lo concreto y todas esas ideas descabelladas de alienar lo espiritual de lo físico y toda esa parafernalia que les permite a las castas dominantes: establecer, validar, aceptar, reconocer, dar por cierto, en otras palabras, aprobar o no, qué es lo real  y qué no lo es? ¿si esta deformación nos impidiera acceder a una comprensión más integral de la idea de dios, que nos lleve al desarrollo de una realidad en equilibrio, que nos permita conjugar todas nuestras energías vitales para lograr la verdadera forma de reconformación que este supuesto dios ideó en un principio, pero que ante la imposibilidad de que podamos alcanzar las condiciones necesarias para su reconformación natural, ha optado por un plan “b”, en el cual se aprovecha de la irracionalidad autodestructiva de las castas hegemónicas, para producir (aún a costa de nuestra propia destrucción) la cantidad de energía necesaria para su reconformación.

Pero esto puede ser contraproducente para todos: si, por ejemplo, las castas dominantes nos destruyen a todos y a todo, sin lograr propiciar las condiciones necesarias para reconformar a nuestro dios explosivo, este, al no lograr reconformarse, tendrá que buscar esa energía en otro lado (si es que es posible), pero menos aún podrá cumplir con la promesa de vida eterna con la cual ha venido sobornando a las castas hegemónicas, un pacto que les hace creer a estas, que no importa lo que hagan, siempre y cuando lo hagan en su nombre, tienen la salvación eterna asegurada, pero como dijimos antes, si su plan falla (y tenemos serios motivos para creer que eso pase) todos estaremos fritos, empezando por estas trastornadas castas hegemónicas y su dios explosivo.
Es como la apuesta de Smith, pero un poco más dramática: si todos partimos de la idea de reconformar a dios a través de la conjugación armónica de todas nuestras energías, lograda a través de un sistema equilibrado de relación con la realidad, producido por patrones integrales de comprensión – acción, que signifiquen el vínculo inalienable y complementario con que la teoría y la practica, lo abstracto y lo concreto, lo espiritual y lo físico, etc., conviven en la realidad.
Si dios existe nos veremos recompensados por su gratitud y si no existe, el cambio que se puede llegar a operar en sistema de relaciones actual, nos permitiría no seguirnos autodestruyendo e incluso recuperarnos del actual estado de destrucción en que estamos.

Reconformación artificial y destructiva o reconformación Natural y equilibrada; es una carrera que nos están ganando.


Reversos


Reversos

Qué fría está la tarde
Y qué absurda la luz perturbante del plenilunio
sombras de hastío me atrapan el alma
Y sofocan la alegría hasta más allá de cualquier límite

Y entonces sobrevivo
Y sigo luchando en una danza, un movimiento
Que impulse, que dé alegría
Que ilumine, lo más posible, muchos rostros, muchas almas

Y una quimera que me amenaza con descarrilarse
me apunta con su Apocalipsis y un muro de chantaje
en el lindero oeste, completa la empuñadura
con que un Damocles esquizofrénico adornó su convincente espada

Pero el anhelo y ciertas nostalgias se empeñan en tentarme
En convertirme en el dinamitero de cuanto ata, de cuanto amenaza
De cuanto impide, de cuanto daña
Y me invitan a otra danza que se parece más
a la historia que sí quiero